Maestro de capilla de la Colegiata de Santa María la Mayor (Talavera de la Reina) entre agosto de 1788 y 1796, año de su fallecimiento. Se trata de una etapa de gran crisis en la capilla, que motivó la carencia de voces, lo cual no impidió a Cortasa componer los preceptivos villancicos navideños desde el año siguiente a su incorporación en el ejercicio de su profesión.