Tras desarrollar diversas actividades musicales en Albacete (entre ellas, cantor de la Capilla parroquial de San Juan y profesor de violín), en 1895 obtuvo la plaza de director de la Banda Municipal de Hellín. A partir de ese momento, desarrolló una intensa actividad pedagógica y ejerció como director interino de diversas bandas de música, orquestas de baile y de coros, así como intérprete de violín. En octubre de 1916 fue nombrado Maestro de Capilla de Nuestra Señora de la Asunción de Hellín, lo cual le permitió desarrollar una actividad regular como compositor de música religiosa.