El Libro de testamentos y entierros (1653-1807) de la Parroquia de Santiago de Cuenca contiene el acta de defunción original del maestro Alonso Xuárez, documento conocido en el que no se había profundizado convenientemente. A pesar de que esta tipología de escritos es muy escueta aparece, junto a los pormenores y obligada fecha del deceso, el nombre de Francisco Antonio de la Cámara como heredero de los recursos y deudas contraídas por el maestro y, además, un importantísimo detalle que permanecía sin investigar: el contenido del testamento y últimas voluntades fi rmadas ante el escribano Antonio López el 23 de junio de 1696. Inicialmente, me resultó extraño el silencio en que permanecía el manuscrito, hasta el momento desconocido para la historiografía del siglo XVII; pude comprender muy bien la naturaleza del enigma tras consultar los fi cheros del Archivo Histórico Provincial de Cuenca. En efecto, consta el nombre del notario y la referencia al único libro de protocolos que de él se conserva, perteneciente al año 1699; la causa de que el documento no hubiera salido todavía a la luz era tan evidente como insuperable: sencillamente, había desaparecido igual que tantos otros. Sin embargo, la sospecha de que pudiera existir algún otro notario de apellido similar me obligó a iniciar una segunda comprobación en unos catálogos de mano del Archivo resultando que, efectivamente, habían sido dos los «Antonio López» que ejercieron sus ofi cios en Cuenca durante este mismo periodo: si bien en el segundo de ellos contenía además el apellido «Macineira», escribano que sí tenía un registro de escrituras del año 1696.