ARPA

Harpa
«Instrumento de cuerdas conocido, que se tañe hiriendo las cuerdas con ambas manos en la forma que se ponen en el juego o teclas del monacordio o órgano. El padre Juan de Mariana cuenta este vocablo entre los nombres tomados de los godos, lib. 5, cap. I; pero sin duda es griego, del verbo arpazw, rapio, porque con las uñas de los dedos se van arrebatando las cuerdas para que suenen.

Sebastián de Covarrubias, Tesoro de la Lengua Castellana o Española, 1611.

 
Harpa
«f. f. Instrumento Músico de figura casi triangulár, cuyo cuerpo es compuesto de un número de costillas de madéra, formando una manéra de ataúd, que le une por encima con una tabla delgada, hechos en ella algunos agujéros grandes para que salga la voz, y en el medio otros agujéros chicos, donde se afianzan las cuerdas con unos botoncillos, las quales ván à parar à la cabeza que está unida à lo mas estrecho del cuerpo y por la parte opuesta sostenida de un mástil, que remáta en el lado más ancho, con que forma la figúra. La cabeza es de madéra mas fuerte, y tiene tanto número de agujeros en una, dos, ò tres hiléras (segun las ordenes del harpa) quantas ha de tener cuerdas, que se afianzan con unas clavíjas de hierro, que movidas con el templadór ponen él instrumento acorde, el qual se toca con ambas manos, abrazandose con él por la parte del cuerpo mas estrecha. Las hai de una, dos, y tres ordenes, que son las hileras que tiene de cuerdas. En la primera tiene viente y nueve, que componen quatro octavas. Es instrumento harmonioso, y en el sonido semejante à la Espinéta, porque todas las cuerdas ván subiendo en semitóno, y por esso le llaman algunos Espinéta levantada. El P. Mariana, dice es palabra Goda, y lo mismo Aldréte. Covarrubias dice es Griega, de un verbo que significa Arrebatar, y Menage dice viene del Latin Harpa, ù del Alemán Herp, ò Harpff. Lat. Cithara. Lyra. Marian. Hist. Esp. Lib. 5. cap. I. En la Lengua Castellana de que al presente usaba España, compuesta de una avenida de muchas Lenguas, quedan vocablos tomados de la Lengua de los Godos: entre estos podemos contar los siguientes, Tripas, Caza, Robar, Yelmo, Moza, Bandéra, Harpa, Juglár, &c. Cerv. Quix. tom. I. cap. 28. Si alguna vez por recrear el ánimo, estos exercicios dexaba, me acogía al entretenimiento de leer algun libro devoto, ò à tocar un harpa.

Diccionario de Autoridades, Real Academia Española, 1726.

 


     Los textos cervantinos nos informan de la doble presencia de este instrumento en el vida social del Siglo de Oro. Por un lado fue compañera callejera de las rondas, requiebros y bullicios de estudiantes y galanes (vid la referencia de El celoso extremeño). En realidad esto no supone sino la continuación de su uso medieval como báculo inseperable de los juglares ambulantes que regocijaban las fiestas con su canto acompañado. Menéndez Pidal en sus estudios sobrel la poesía juglaresca citaba la siguiente copla del Poema de Alfonso XI como testimonio de su difusión popular:

... la farpa de don Tristán,
que da los puntos doblados
con que falaga el loçano
e todos los enamorados
en el tiempo del verano.
(Copla 410)

      Como compañera “andante, pues, este tipo de arpas eran de un tamaño mediano dadas las necesidades de su transporte y manejo fácil, tal y como puede observarse tanto en las ilustraciones de las Cantigas (nº 380) como en las representaciones de El Bosco en El jardín de las delicias y en Las tentaciones de San Antonio. Por esta razón Loaysa la nombra como instrumento acompañante al igual que la guitarra.
 
     No obstante, y al lado de ésta, existía otro tipo de arpa de uso doméstico y cuyo desarrollo ha llegado al fabuloso instrumento de nuestros días: éste es muy probablemente el que Teodora y Policarpa tuvieron entre sus manos. De mayor tamaño, ocupaba los momentos de ocio dentro de la corte sin necesidad de voz que le acompañara (recuérdese en este sentido las innumerables referencias a Ludovico “el del harpa” como excepcional solista bajo la protección de Fernando el Católico, y cuyo recuerdo inspiró una hermosísima fantasía de Mudarra). El cultivo de este instrumento produjo música de excelente calidad y firmada por los mejores nombres: Venegas de Henestrosa, (Libro de cifra nueva. Para tecla,  harpa y vihuela, 1557); Antonio de Cabezón (Obras de música para tecla, harpa y vihuela, 1578) y más adelante Ruiz de Ribayaz (Luz y Norte Musical para caminar por las cifras de la guitarra española, y arpa, tañer y cantar á compás por canto de órgano, 1677).
 
     En cuanto a la descripción física del instrumento, tanto Juan Bermudo en su Declaración de Instrumentos como el tratadista bergamasco Pedro Cerone en su Melopeo nos informan de que sus cuerdas oscilaban entre el número de 15 y 27. Detallaremos, a continuación, una breve tipología que pueda acercarnos a la configuración del instrumento en la época cervantina.
 
 
Descripción técnica del instrumento
 
     Distinguiremos entre varios tipos de arpas: arpa doble, arpa doppia y el arpa de dos órdenes, propia del barroco español.

- El arpa doble representada en la imagen es una reconstrucción tomada de las manifestaciones artísticas españolas e italianas de los inicios del siglo XV. Esta morfología era similar en toda Europa antes de la llegada de su forma gótica, tal y como la vemos representada en las Cantigas (nº  380). Debemos destacar que incluso los primeros testimonios que nos han llegado del arpa en Europa (relieves sobre piedra encontrados en Irlanda datados en el siglo VIII) ofrecen ya esta misma forma. La mayor parte de ellas pudo haber tenido un solo orden de cuerdas, lo cual hace que este tipo de instrumento sea en cierto modo inusual . A diferencia de las arpas barrocas cuyo doble orden de cuerdas permite ejecutar las notas alteradas, el propósito de esta segunda línea cordal en el arpa doble no fue éste en su origen, aunque también pudiera realizarse. Ambas líneas cordales estaban afinadas al unísono. Dada su limitada tesitura de este instrumento (dos octavas, de do’ a do’’’), esta disposición facilitaba a ambas manos el alcance de todas las alturas, algo que sería difícil de otro modo si consideramos su pequeño tamaño. De igual modo estas dobles cuerdas permitían interpretar con comodidad la música a dos partes (voces), dado que en la mayoría de los casos ambas voces se movían dentro de un mismo ámbito y frecuentemente cruzadas, lo que hacía bastante difícil su ejecución en un arpa “simple.

- No obstante, y contemporánea de Cervantes, tenemos el arpa doppia, cuya designación como tal apareció por vez primera en L’Orfeo de Monteverdi (1607), donde aparece como uno de los instrumentos que responden a la súplica de Orfeo por su amada Euridice. No podemos emos decir que el arpa doppia sea una invención suya, pues hay evidencias de que ésta  había sido usada en Italia en la última década del siglo XVI. El testimonio más temprano procede de Nápoles, bajo gobierno de la corona española, y parece confirmar que la invención de este tipo de arpa cromática debió ser conocido hacia mediados del XVI en España bajo el nombre de arpa de dos órdenes (la cual describiremos más abajo). Prueba de ello es que el compositor napolitano Giovanni Maria Trabaci escribió numerosas piezas para este tipo de arpa publicadas antes del cambio de centuria. El arpa doppia o triple arpa barroca no posee mecanismo ni pedal alguno para el cambio de las alturas. Presenta tres hileras de cuerdas estando las dos filas exteriores afinadas diatónicamente —esto es, siguiendo la escala mayor natural, normalmente en Do mayor, Fa mayor o incluso Si bemol mayor— y una hilera interior que presenta todo el espectro cromático —al modo en que lo hacen las teclas negras del piano. Esta disposición transforma el instrumento  tanto en su dimensión virtuosística como en su aplicación al bajo continuo barroco. Su nombre no procede sólo del hecho de que doble las cuerdas sino que también encuentra una expicación en su tamaño y tesitura: el arpa utilizada por Monteverdi y Trabaci se extendía desde Sol a mi’’’, una octava más allá de propia del arpa gótica. En este sentido la palabra pudo ser utilizada en el mismo sentido en el que hoy utilizamos conceptos como “bajo doble” indicando la ejecución de un instrumento que “dobla a la octava”. Haendel utilizó este instrumento tanto como bajo obligado en algunas de sus óperas y oratorios (Giulio Cesare, Esther, Saul) como en su conocido Concierto para arpa.

- Centrémonos propiamente en el arpa de dos órdenes, probablemente conocida por Cervantes.  La primera mención a un arpa con cuerdas cromáticas aparece la Declaración de instrumentos musicales de Bermudo (1555). Aunque no está muy claro si Bermudo describe un instrumento que realmente existía en su momento o si más bien trata de perfeccionar con sus observaciones las arpas diatónicas de su época, hoy podemos confirmar que este género de arpas cromáticas era bien conocido en España desde la segunda mitad del XVI. Sólo así podemos comprender las palabras que Hernando Cabezón escribe en la edición póstuma de las composiciones de Antonio Cabezón, Obras de música para tecla, harpa y vihuela, donde señala que cualquier cosa que pueda tocarse al teclado puede ser adaptado con igual facilidad al arpa. A diferencia de las arpas cromáticas italianas, el arpa cromática española del barroco tiene solo dos órdenes de cuerdas, uno diatónico y otro cromático. Los dos órdenes se cruzan uno con otro aproximadamente permitiendo a la mano derecha alcanzar fácilmente las cuerdas diatónicas en el tercio superior del instrumento, cerca de lo que llamamos el “cuello del arpa” mientras que la mano izquierda puede realizar el bajo en las inmediaciones del centro del cordal. Esto produce un contraste sonoro muy interesante, dado que las notas más agudas son claras y brillantes, mientras que las medias o graves son menos incisivas. Este tipo de contraste sería igualmente explorado en el barroco por los constructores de órganos en la península a través del desarrollo del conocido medio registro. Aproximada al cuello más que hacia su caja de resonancia, esta forma de tocar el arpa puede todavía apreciarse entre los intérpretes de Latino Ameríca , cuya tradición procede directamente de los colonizadores españoles que llegaron a sus tierras entre los siglos XVI y XVIII. Su popularidad y difusión en el nuevo continente le permitió integrarse tanto en la danza como en la música escénica, especialmente en conjunción con una o más guitarras.
               
     De igual modo hay que decir que el arpa tuvo un papel fundamental dentro de las iglesias latinoamericanas, dado que era el sustituto ideal del órgano al ser mucho más barata en su construcción y de transporte fácil. De hecho es muy frecuente encontrar entre las relaciones de los archivos catedralicios de las colonias americanas la nómina de dos o incluso tres arpistas que prestaban simultáneamente sus servicios al cabildo.  Al margen de las obras de Cabezón, Venegas de Henestrosa y Ruiz de Ribayaz antes citadas, a comienzos del siglo XVIII encontramos la obra del arpista al servicio de la Catedral de Toledo Diego Fernández de Huete, Compendio numeroso en cifra para arpa. Esta obra —que todavía no ha recibido la atención que merece— recorre un amplio repertorio que se extiende desde los tonos de danza seculares, pasando por los fundamentos del bajo continuo, hasta obras solistas de una excelente factura representativa del mejor barroco estilo barroco de la península.
 
El arpa en las obras de Cervantes
 
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Bibliografía específica sobre el instrumento:
 
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  • BORDAS et Alii (1999): “Arpa”, Diccionario de la música española e hispanicoamericana Madrid.
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  • ZABALETA, Zala, (1988): El arpa en España de los siglos XVI al XVIII: antecedentes históricos, Madrid.
     
Links
  
American Harp Society.
www.harpsociety.org
 
The Historical Harp Society.
www.historicalharps.org/
 
International Historical Harp Society.
www.inthistoricalharps.org
 
Asni: harps and imagination. Portal sobre las distintas arpas aquí estudiadas.
www.asni.net/gothic.html
 
Alison Vardy’s Web Page. Esta intérprete ofrece un recorrido por la historia y evolución del instrumento.
www.alisonvardy.com/harp/medieval-harp-history.htm
 
The Celtic Harp Page.
http://www.celticharper.com/harpicon.html

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